LA MALDITA CARRETERA 55

Su nombre produce temor y pavor entre aquellos que conocen la maldición que pesa sobre una carretera, la maldita carretera 55 al norte de los Estados Unidos.
Fue a comienzos del siglo XX cuando en el estado de Nueva Jersey, sur de Nueva York, estimaron oportuno construir una carretera que uniera y acercara las distancias. Para ello la carretera debía tener unos 10 kilómetros y cruza el municipio de Deptford.
Todo estaba planificado y debía implicar una mejora para los habitantes de la zona a no ser que algo lo impidiera…, y en estas surgió una antigua tribu de indios que habitaba la zona: los Nanticokes, oriundos de esta región; fueron ellos quienes indicaron que no se podía acometer la construcción de la carretera pues aquellas tierras eran sagradas y no se podía profanar la tierra sagrada de sus antepasados donde además estaba su cementerio.
Aquellos lugares por donde debía discurrir la carretera 55 era un lugar considerado sagrado y mágico para los indios que además eran donde invocaban a los espíritus de los viejos guerreros muertos y los allí enterrados.
Pero el progreso no se detiene y fue el jefe indio Wayandaga quién convocó una rueda de prensa en la que manifestó su miedo y temor si se profanaba la tierra sagrada para construir la carretera.
Wayandaga dijo: “Nosotros ya estábamos aquí ochocientos años atrás, muchas lunas antes que llegaran los rostros pálidos” y amenazó en tono severo: “Si profanáis nuestra tierra sagrada os aseguro que nuestros antepasados se vengarán de todos vosotros”.
Pero de nada sirvieron las buenas intenciones de Wayandaga y se construyó la carretera 55 en el estado de Nueva Jersey.
En el transcurso de la construcción de la misma los trabajadores temían la maldición y, de hecho, hubo una serie de hechos y sucesos insólitos que culminaron con diferentes accidentes mortales que, los indios, decían que era la “sed de venganza” de los espíritus guerreros que moraban en aquella tierra sagrada.
Cierta o no la maldición, lo cierto es que la carretera 55 tuvo el récord de accidentes y heridos, así comenzó todo por los arquitectos proyectistas de la carretera que tuvieron que apartarse del trabajo debido a las diversas enfermedades y dolencias que les aquejaron desde que iniciaron su construcción cruzando las tierras sagradas indicas.
Igualmente en la construcción de la misma se cometieron errores difíciles de explicar, errores que provocaron accidentes mortales y muchos heridos. Movían tierras que no estaba proyectado su movimiento, aplanaban lugares que no debían, levantaban la tierra, quitaban piedras.
Aún se recuerda la muerte de un obrero al que atropelló una apisonadora y murió aplastado literalmente.
Los obreros que acometieron las obras en el cementerio tuvieron graves dolencias, ataques cardíacos con resultado de muerte.
En la construcción de un puente un trabajador cayó desde la parte superior y murió como consecuencia de la caída.
Otro hecho terrible sucedió con una furgoneta de transporte de trabajadores que explotó y murieron todos sus ocupantes… Los restos del vehículo acabaron reposando sobre el cementerio profanado de los indios.
Pero pese a todo siguieron las obras de construcción de la carretera. Se envió a un inspector para que comprobara el estado de la carretera, aquel inspector enfermó víctima de un súbito aneurisma cerebral por el que quedó permanentemente incapacitado.
Ante tal cúmulo de circunstancias funestas la empresa creyó que los indios Nanticokes estaban en lo cierto y jamás se debió de haber violado la tierra sagrada de la tribu.
Se suspendió la obra y construcción de la carretera 55. Con el tiempo se replanteó aquel mismo trazado pero esta vez por una zona donde no se atravesara ningún lugar sagrado de ninguna tribu de la zona ni ningún cementerio indio.


http://www.cadizdirecto.com/la-maldicion-de-la-carretera-55.html

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